jueves, 21 de mayo de 2009

Del Che a Condorito



"Dicen que el tiempo guarda en sus bastillas..." eran unos años de pelo largo, de cuadernos en mano, bufandas largas y grandes amigos con los que recorria las calles de mi ciudad, una ciudad tremendamente gande que nunca logre visualizar mas allá de Providencia, mis grandes paseos era ir a la "Gran avenida" José Miguel Carrera, donde cuando niño... pase al lado del monumento al Che Guevara, lugar que hoy ocupa el de Condorito...como alguien diria por ahí, "de la teoría a la práctica".

Eran tambien años de conocer cosas nuevas sobre las viejas, los paseos al cerro San Cristobal, el funicular, andar por primera vez en el metro y sentir tardes calidas en la puerta de mi casa viendo pasar la historia que luego sería trágica en recuerdos, en faltas que se hacen eternas, en calles que quizas no volvere a pisar... A qué viene todo esto? tal vez a que ahora siento mas frias las tardes, las calles mas sucias y siento que no se respira el mismo aire de optimismo que alguna vez lleno mis pulmones; no es derrota, es tal vez sentir que de tanto golpear los muros nos hemos roto las manos, la vista se ha ensuciado y tenemos la tarde que pasa a noche inexorablemente. Los Nica tienen un dicho: " Cuando la noche es mas oscura, es por que va a amanecer" quiero creer en esto y en la profesia de Rimbaud:


Al amanecer, armados de una ardiente paciencia

entraremos en las explendidas ciudades...


Sólo espero que no estemos demasiado cansados y nos quedemos a la entrada extenuados por el esfuerzo de abrir las inmenzas puertas de la metrópolis..

viernes, 8 de mayo de 2009

Niebla sobre Santiago


Sentado otra ves, luego de una niebla que esconde las cosas que vemos diariamente, cambian las perspectivas tras ese no ver lo que suponemos. La niebla termina por sobrecoger el espíritu que tenemos activo, nos saca del mundo de cemento, solo los árboles permanecen impávidos en la noche donde los pensamientos recuerdan viejas situaciones.
Caminar en niebla suele ser un placer, si es que no rompe la noche con manos de dolor que tratan de arrebatarnos la tranquilidad.
Cuando somos pequeños solemos temerle pues pensamos que algo tétrico, desconocido, aparecerá de la nada, luego te vas dando cuenta que sólo te acompañas de tu sombra y los pensamientos que en ocasiones son mas tétricos que nuestros fantasmas. Nuestros miedos, nuestras debilidades son quizás nuestro mayor freno, nos agotan y terminan por imponer un ritmo cada ves mas lento a nuestro andar. Debemos aprender a vencernos cada día, vencer al animal que llevamos dentro, a nuestros estados alterados y lo peor, debemos aprender a superarnos para que esa niebla no nos tape y aísle definitivamente de este mundo.

Gran tarea cuando la reconoces.